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miércoles, 2 de marzo de 2016

El Torreón de las Doncellas

Con este romántico y sugerente nombre se le reconoció en al menos dos documentos cartográficos del s.XIX. Se tratan de las minutas cartográficas de 1876 y 1878, en ambas aparece referido el viejo torreón del que fue castillo de La Higuera de Martos  como el Torreón de las Doncellas.

En ambos casos resulta llamativo que aún aparece el castillo a las afueras de la localidad pues no se había urbanizado el entorno de las calles Arenal y Cañete, o Porcuna y por supuesto las Casas Nuevas. En el plano de 1878 aparecen modificaciones en color rojo de una actualización de 1946; de ahí la referencia a ciertos caminos modificados; así como al Cuartel de la Guardia Civil que levantase don Ramón Pajares Pardo como arquitecto de la Dirección de Regiones Devastadas en los años cuarenta del siglo XX. 

El origen es desconocido por el momento, si bien es cierto y no es la primera vez que lo comentamos, a este castillo se le relaciona con las historias de Isabel de Solís o las Santas Juana y María; todas supuestamente raptadas por los musulmanes durante una "razzia". Así como la leyenda de la "princesa mora" que acudía a darse baños al paraje de "Fuente Palacios", historia que a todas luces guarda fuertes semejanzas con la biografía de Isabel de Solís, la reina Zoraida. 


Minutas cartográficas de 1876. Instituto Geográfico Nacional


Minutas cartográficas de 1878. Instituto Geográfico Nacional.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Doña Isabel de Solís y otras cautivas de La Higuera de Martos.

La serie de televisión "Isabel" que hace un relato a lo largo de tres temporadas de la vida de la reina Isabel de Castilla ha recuperado en la segunda temporada un personaje histórico que sitúa a Higuera de Calatrava en el mapa de la historia, pese a no nombrarla directamente. Se trata de doña Isabel de Solís, reina de Granada.

La actriz Nani Jiménez interpreta el papel de doña Isabel de Solís

Doña Isabel de Solís fue hija de don Sancho Jiménez de Solís, que a parte de ser comendador de la Peña de Martos también era alcaide del castillo de la entonces conocida como Higuera de Martos1. Cuenta la historia de esta dama que fue raptada por los moros granadinos en una de sus razzias y llevada cautiva de niña hasta la ciudad de la Alhambra. Allí tras adoptar la fe islámica casaría con el rey que la capturó, Muley Hacén, de quien se enamoraría. Con él tuvo dos hijos, Nasr ben Ali y Saad ben Ali. Tras la Toma de Granada los infantes fueron convertidos al cristianismo, de la misma manera que ella recuperaría su fe original. Sus hijos serán bautizados con los nombres de Juan y Fernando de Granada, partiendo del primero el linaje de los Granada-Sandoval. No está claro el momento en el que fue hecha presa por los granadinos, si bien es verdad pudo estar relacionado con la razzia que arrasó Higuera de Martos el 29 de septiembre de 1471, a fin de cuentas su padre era el alcaide y no sería extraña su presencia en el castillo. A esta posibilidad dio igualmente verosimilitud D. Emilio Castelar y Ripoll, que en 1885 empieza su obra El Suspiro del Moro 2 de la siguiente forma:
“Los señores de Solís vivían gozosos en el castillo de la Higuera, cabeza de feraces territorios, allegados por su progenitores a fuerza de combates y de victorias, que las crónicas recogieran con cuidado en sus sencillos capítulos y los poetas cantaran con arte y armonía en sus cadenciosos romances. Fosos anchos y ceñudas torres a su defensa y resguardo servían; salones decorados por mudéjares artífices a su aposento; siervos fáciles de congregar por el pendón y la caldera señoriales a su defensa; huertas y jardines inacabables a su recreo; y correrías de varia fortuna pero de verdadera gloria magnitud, a su engrandecimiento y a su gloria.”
Es inevitable relacionar la historia de Isabel de Solís, la reina de Granada, con una leyenda que recorre desde hace centurias los relatos populares de Higuera de Calatrava. La leyenda higuereña nos habla de una "princesa mora" hija de un "rey moro de Martos" que habitaba por temporadas el castillo de Higuera y que solía bañarse en el entorno de Fuente Palacios. ¿Es esta fruto de las referencias a Isabel de Solís que por ser reina de Granada se la confundiera con una musulmana con el paso de los siglos? ¿Es la referencia a su padre, ya deformada, una clara alusión a don Sancho? No hay ni noticias ni restos conocidos de ningún asentamiento fortificado en el núcleo de Higuera de Calatrava en época musulmana, sino que serán los caballeros calatravos los que levanten su castillo posiblemente ya en el siglo XIV; por lo de que tener visos de verdad debe llevarnos a este planteamiento. Nuestra princesa mora podría ser la propia Isabel de Solís.
Pero doña Isabel de Solís no sería un caso único de cautiva vinculada a Higuera de Martos que ha pasado a la historia. El Dr. Ladero Quesada nos revela también a Elvira Hernández o Çafarjala, ésta sí higuereña de nacimiento, que hecha cautiva fue llevada a Granada como esclava y fue criada en la casa del rey Muley Hacén3, finalmente allí acabó desposando ni más ni menos que con Cidi Hiaya el-Nayya, arístócrata nazari primo del emir Boabdil el Chico y cuñado de El Zagal. Cidi Hiaya sería conocido como don Pedro de Granada tras su conversión al fin de la Reconquista. Elvira le daría dos hijos, una de ellos sería doña María de Granada quien sería esposa de don Gonzalo Hernández el Zegrí y por lo tanto estos padres de don Luis Hernández el Zegrí, caballero de Santiago. Posteriormente en algunas pruebas de nobleza surge la teoría de que no fuera Elvira Hernández, sino una tal doña María, hermana de Isabel de Solís que algunas crónicas refieren que fue raptada con ella. Aunque otros historiadores apuntan a que existió un interés genealógico detrás de esta alteración por parte del linaje de los Granada-Venegas para así acercarse a la hija del comendador de la Peña de Martos quien sí gozaba de origen noble castellano4.
Además también tenemos en el haber histórico de Higuera de Martos el servir de marco de una de las leyendas de la vecina población de Torredonjimeno como es la de las "Santas Juana y María". Hija una de estas del alcaide del castillo de la Torre don Ximeno don Diego Fernández de Martos siendo la otra su criada. Ambas fueron raptadas en Higuera de Martos durante una razzia cuando visitaban a unos familiares que por entonces moraban la torre del castillo. En Granada serían martirizadas y finalmente decapitadas por no renegar de su fe en Jesucristo cuando hombres pertenecientes a la nobleza granadina quisieron tomarlas por esposas5.
Todos estos casos, como hemos ido dejando ver, vendrían a coincidir con la misma razzia, la del día de san Miguel de 1471. La misma que se llevó por delante, según las crónicas del Condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo, la vida de más de cuatrocientos vecinos y otros tantos hechos esclavos; la misma que arrasó Higuera de Martos y tras ella debió ser repoblada por vecinos de los núcleos cercanos; y la misma que asesinó al sacerdote y un sacristán que lo atendía en la antigua iglesia medieval de Santa María y en la que se basa la leyenda de Garcinegro.
Aprovechamos esta entrada del blog para abrir un debate sobre la necesidad de algún tipo de reconocimiento que reclame, desde Higuera de Calatrava, la memoria de estas mujeres cautivas que han dejado en sus historias escrito el nombre de nuestro pueblo para la posteridad. Creemos que serviría para enriquecer un legado histórico que nos pertenece y que sigue pasando desapercibido

Referencias:
 SALAZAR DE MENDOZA, P.; Crónica del Gran Cardenal de España Don Pedro González de Mendoza, Imprenta de doña María Ortiz de Sanabria, Toledo, 1625; p. 244.
 CASTELAR RIPOLL, E.; El suspiro del moro, Imprenta Fortanet, Madrid, 1885; p. 1.
 3LADERO QUESADA, M.A.; “Nómina de conversos granadinos (1499-1500)”, Los mudéjares de Castilla y otros estudios de Historia medieval andaluza, Granada, 1989; p. 147.
 4SORIA MESA, E.; “Una versión genealógica del ansia integradora de la élite morisca: El origen de la Casa de Granada”, Sharq-Al Andalus, 12 (1995), pp 213-221.
 Artículo Asociación Cultural Cassia:  http://www.torredonjimeno.net/cassia/articulos/leyendas.htm

Jesús Morales Quesada y Luis Morales Quesada.

martes, 26 de noviembre de 2013

El torreón del castillo en el Catálogo Monumental de Jaén.

La fotografía que recuperamos a continuación nos presenta la estampa más antigua que tenemos del torreón del antiguo castillo de Higuera de Calatrava. Pertenece al Catálogo Monumental de la provincia de Jaén de don Enrique Romero de Torres (1913-1915), y por lo tanto debe estar tomada entre esas fechas mostrándonos lo que hoy conocemos como la Calle Torre. El estado de conservación del  torreón no es muy diferente al que mostraba aún a  finales de siglo antes de la consolidación de 2003; con el último piso desmochado y parte de la cantería superior ya muy dañada.

Sí que podemos apreciar algunos detalles que nos llaman la atención como las iniciales escritas a cada lado de su puerta a modo de grafiti así como en la clave del arco de medio punto de la entrada. Por otro lado se puede observar que la calle ha cambiado y mucho en su fisionomía y configuración. Será después de la Guerra Civil Española cuando se construya un llanete aprovechando el fuerte desnivel en lo que hoy es el Consultorio. El uso de este espacio ya vemos en la foto qué utilidad cumplía con esas sábanas tendidas. Además también podemos ver en el lado izquierdo de la fotografía una esquina que se formaba en la parte baja de la calle que hoy hemos perdido, perteneciendo ésta a la herrería que fuera de Manuel Delgado Jurado. Llama la atención la única casa que se conserva en la actualidad con idéntico aspecto al que muestra en la imagen (la casa de tres alturas con tres balcones) y  que pertenecía por entonces a la señora doña Aurora Delgado Garrido; por aquel entonces la casa apenas llevaría unos quince o veinte años en pie ya que hasta finales del XIX no se van a levantar casas en el entorno inmediato al torreón.

Debido a la irregularidad del terreno en este lugar podemos ver casas con tejados de un agua a cada crujía en vez de los típicos tejados de dos aguas. Un elemento algo extraño dentro de los pueblos de campiña -más común en cortijos y sobre todo en la Sierra Sur- y que se justifica por las pendientes y pedregales sobre los que se levantaron las construcciones de la calle de la Torre entre fuertes desniveles y junto al despeñadero del Pilar.


Fotografía obtenida del Catálogo Monumental de Jaén de don Enrique Romero de Torres. 

Pulsa AQUÍ para comparar esta estampa con su imagen actual en Google maps.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Los Liberales en Higuera de Calatrava


El bipartidismo en la España del siglo XIX estuvo representado por los grandes bloques políticos que formaban el Partido Conservador por un lado y el Liberal por otro. El primero con tendencia a mantener las señas de identidad de la España anterior a la Guerra de la Independencia y el segundo buscando desarrollar las nuevas ideas plasmadas en la Constitución de Cádiz de 1812. Las reformas liberales a lo largo de todo el siglo habían transformado la sociedad y en lugares como Higuera de Calatrava también la distribución de la propiedad de la tierra. Aunque sabemos del destacado protagonismo político de algunos vecinos, como el diputado provincial D. Francisco Montoro, las primeras noticias en prensa sobre la actividad política en Higuera se hacen esperar hasta 1884 en que se publica la constitución del Comité Liberal en la localidad. 


Diario "La Iberia" 17 de diciembre de 1884.

sábado, 19 de enero de 2013

San Sebastián, patrono de Higuera de Calatrava

Higuera de Calatrava vive hoy un día señalado en su calendario por la festividad de uno de sus dos santos patronos; San Sebastián; éste junto con San Roque forman la pareja de patronos de nuestro pueblo. Esta, pese a que pudiera resultar extraño más allá de nuestros pueblos, es lo común en las localidades que fueron de la Orden de Calatrava como un hecho muy propio heredado por esta de su predecesora en la protección de estas tierras y del cristianismo que era la Orden del Temple. Casos similares encontramos en Arjona (Santos Bonos y Maximiano), Torredonjimeno (Santos Cosme y Damián) ...

El santo que sobreviviera a su primer martirio al ser ajusticiado bajo una lluvia de saetas por orden del emperador Diocleciano es uno de los dos patronos y protectores de Higuera de Calatrava junto con San Roque. Años atrás el día era vivido con tanta o más vistosidad que el día de San Roque, si bien en las últimas décadas la festividad ha ido reduciéndose del mismo modo que lo ha hecho su presencia "urbana" en la localidad con la desaparición primero de su ermita y ya a mediados del siglo XX de la calle que llevaba su nombre. Todo ello no ha conseguido que la devoción se pierda sino más bien que la parte más aparente de la festividad se haya trasladado junto a la propia de San Roque debido a la mayor presencia de vecinos por esas fechas y a las condiciones climatológicas más favorables.

La imagen de la devoción antiquísima de Higuera por su patrono es de posguerra al ser destruida la anterior en 1936. La bella imagen actual está fabricada en pasta de madera y algo modificada en su aspecto original por restauraciones poco profesionales a la que se ha visto sometida en alguna ocasión. Sin que nada de esto reste un ápice el ingente fervor que levanta esta devoción de siglos entre los higuereños.

Hoy, 20 de enero, feliz día de San Sebastián.

"¡VIVAN LOS SANTOS PATRONOS!"



Procesión de San Sebastián el pasado 16 de agosto de 2012. Archivo propio.



lunes, 7 de enero de 2013

Inseguridad ciudadana a finales del siglo XIX

Los problemas de seguridad en Higuera de Calatrava fueron una constante a finales del siglo XIX hasta el establecimiento de la Guardia Civil. En varias ocasiones pidieron las autoridades que se fijara un cuartel en la localidad, y de vez en cuando la realidad de los hechos daba argumentos a dichas peticiones. En este caso el periódico El Siglo Futuro se hacía eco el 23 de febrero de 1893 de la agresión sufrida unos días antes por el médico de la villa D. Joaquín López Rus.


Diario "El Siglo Futuro" 23 de febrero de 1893

miércoles, 29 de agosto de 2012

La Higuera de Martos, un lugar de frontera.


El territorio que hoy ocupa Higuera de Calatrava fue ganado por el rey D. Fernando III el Santo en agosto de 1225 por un pacto por el cual fueron cedidos los castillos de Andújar, Martos y otros de menor importancia; sólo tres años después, el 8 de diciembre de 1228, en presencia del Maestre calatravo Gonzalo Ibáñez fueron dados a la Orden de Calatrava Martos, Porcuna, Víboras y veinte yugadas de tierra en Arjona1.  Como lugar de Martos, la Higuera figurará como un anejo hasta finales del siglo XV cuando se constituirá el concejo y más tarde será villa tras la concesión de su Carta de Privilegio en el 1600. Sabemos que la población estuvo dotada de castillo desde las primeras noticias que hay de ella. Según los hermanos Castillo Armenteros el castillo de la Higuera como los de Jamilena y Fuensanta posiblemente serían levantados de nueva planta por los calatravos para dotar de seguridad a la nueva e inestable frontera del reino de Castilla con el de Granada2.

Aunque la frontera entre ambos reinos estuvo bastante fija en nuestra zona desde el siglo XIII al XV (salvo algunas conquistas y pérdidas de Alcaudete y la conquista de Alcalá la Real), se dieron varias incursiones de moros en las llamadas “razzias”, y son dos las más graves de las que se han hecho eco las crónicas históricas y en las que la presencia del castillo no fue suficiente para la defensa del pueblo.

La primera fue en febrero de 1408, al inicio del reinado de D. Juan II de Castilla. El rey de Granada Mohamad intentó amenazar la Ciudad de Jaén poniendo sitio al lugar de Setenil, pero falló en su empresa y en su retirada y ante la desagradable impresión que la muerte del caudillo Raduan había causado en Granada quiso indemnizarse Mohamad intentando tomar Alcaudete, a la que puso sitio con siete mil caballos, doce mil peones y máquinas de guerra. El conde de Alcaudete, D. Martín Alonso de Montemayor, despreció la posible rendición y se vio apoyado por el Alcaide de Martos y otros ricohombres de Jaén y Córdoba. Ante el gran número de tropas musulmanas congregadas en el sitio de Alcaudete se hicieron necesarias provisiones de víveres y forrajes, así que se enviaron dos divisiones, una de mil caballos a Alhendín y otra de dos mil a la Higuera de Martos3. Toda la zona estaba prevenida con espías de la posibilidad de estas incursiones y así fue socorrida Alhendín, pero la división que se acercó a la Higuera entró en la población sin encontrar resistencia. Toda la división quedó en la orilla del Salado mientras cargaban los víveres y forrajes y sólo trescientos caballos se dirigieron a la Torre Benzalá. Los moros sembraron el terror en toda la zona y algunos aldeanos se acogieron a los muros inmediatos de Porcuna, donde se encontraba el conde D. Fadrique. Rápidamente se armó y mandó que acudieran a la Higuera D. Luis Mexía y D. Rui Barba con diez caballos para conocer lo que estaba sucediendo. Así lo hicieron y divisando el pueblo desde un cerro cercano vieron cómo los moros abandonaban cargados el pueblo y lo dejaban incendiado, transmitiendo las noticias al conde D. Fadrique. Junto con su hermano D. Enrique y con algunos caballeros venidos de Úbeda y Baeza así como algunos escuderos (no llegando a cien en total) se acercaron a la Higuera y resolvieron atacarlos al grito de “¡Santiago, Santiago!”. Arremetieron contra la escolta que guardaba la recua o animales que cargaban lo saqueado y mataron a doce mahometanos. Escaparon corriendo los moros avisando a los escuadrones de su parte que tomaron posición en los márgenes del Salado, por lo que no tardaron en aparecer una multitud de jinetes viendo la escasa fuerza de los cristianos. Aún así D. Enrique pasó el Salado y los obligó a replegarse hasta el Monte Lope Álvarez. Tomaron los cristianos a un moro por el que supieron que allí se guarnecían quinientos caballos y dos mil infantes mahometanos, por lo que se retiraron los cristianos esperando a las fuerzas de D. Fadrique. Fracasada la celada que preparaban los musulmanes salieron tras los cristianos hasta que chocaron con ellos y por su valentía salieron victoriosos los cristianos matando a doscientos mahometanos y dejando ciento veinte acémilas cargadas; los cristianos perdieron treinta caballos sin perder ningún hombre. Vencida la batalla regresó el conde D. Fadrique con sus fuerzas a Porcuna4.

La segunda entrada de los moros en la Higuera de Martos fue mucho más grave, y sucedió la mañana del domingo 29 de septiembre de 1471, al final del reinado de D. Enrique IV de Castilla. El rey de Granada Muley Hacén mandó una columna tres mil caballos aprovechando las discordias entre algunos sectores de la frontera del reino de Jaén para así entrar en la zona de la Orden de Calatrava con el consentimiento del conde de Cabra y del de Alcaudete. Amanecieron los moros sobre los pueblos de la Higuera y Santiago. Ambos fueron quemados y sus habitantes asesinados o llevados como esclavos a Granada sin que la guarnición que en el castillo de la Higuera había pudiera hacer nada para evitarlo. El Condestable de Castilla D. Miguel Lucas de Iranzo dio detalles de lo ocurrido al Papa Sixto IV el día 15 de octubre de aquel año en una carta dirigida a Roma pidiendo limosna para la defensa de Jaén e indulgencia plenaria para los soldados que alistase para vengar lo ocurrido. Explicó cómo los vecinos fueron sorprendidos en sus camas por ser domingo y que despertados por el fuego del incendio muchos se quemaron en sus casas y otros caían en las armas de los moros intentando huir, los moros forzaron y violaron a las mujeres, y maltrataron y mataron a los hombres, ancianos y niños. También entraron en la iglesia, y en ella asesinaron a un cura que estaba cantando misa en una capilla y a un fraile que se encontraba en la sacristía,  acuchillaron las santas imágenes, deshonraron el crucifijo, quemaron la figura de Nuestra Señora y cometieron otras muchas blasfemias en el templo sagrado. Fueron saqueadas y quemadas todas las haciendas y ganados que había en los pueblos y sólo en Higuera se salvaron unos pocos vecinos que se hicieron fuertes en la Torre de su castillo. Se estimaba que serían unos 400 los prisioneros que se llevaron los moros y posiblemente más los asesinados en total5. El Papa le concedió al condestable la indulgencia que pidió y se mostró muy dolido por lo ocurrido en el pueblo.6  Por su parte el Padre Francisco de Vilches se referiría a estos hombres como mártires de la fe7.

Esta última incursión obligó a la repoblación de la aldea con gentes de poblaciones cercanas como la Torre Alcázar, Fuencubierta y sobre todo de la villa de Martos, así mismo se le concedería poco después también el Concejo para administrar el lugar logrando cierta independencia de la villa de Martos a la que seguía perteneciendo8. Once años más tarde, con Dª. Isabel I de Castilla en el trono, se iniciaría la fase final de la Reconquista con la toma del reino de Granada, poniendo fin a los peligros de incursiones musulmanas en las tierras de la Orden de Calatrava.


1 Gutiérrez Pérez, J. C. “La delimitación concejil de la encomienda de la Peña de Martos (siglo XV). Aproximación a la organización territorial de la Orden de Calatrava en Andalucía”. La Gobernanza de la ciudad europea en la Edad Media. Solórzano Telechea, J.A. y Arizaga Bolumburu, B. Logroño, 2011; p. 202.  
2 Castillo Armenteros, J.C. y Castillo Armenteros, J.L. “La organización militar de la Orden de Calatrava en el Alto Guadalquivir a través de las investigaciones arqueológicas”, Arqueología y Territorio Medieval, num. 10.2. Jaén, 2003; p. 185
 3 Lafuente Alcántara, M.; “Historia de Granada”. Baudri Librería Europea, Tomo II. París, 1852; p. 18
 4 Argote de Molina, G., “Nobleza de Andalucía”, Nueva Ed. Ilustrada. Jaén, 1866; p. 293
 5 Lafuente Alcántara, M.; op. cit., p. 174
 6 Álvarez, J. “Sucesión Pontificia, Epítome, Historial de las vidas, hechos y resoluciones de los Sumos Pontífices desde San Pedro, primer vicario de Christo hasta nuestro Santísimo Padre Benedisto XIV”. Madrid, 1746; p. 265.
 7 Vilches, F. de. “Santos y Santuarios del Obispado de Jaén y Baeza” Madrid. 1653; p 158.
 8 Gutiérrez Pérez, J.C.; op. cit., p. 210

 Jesús Morales Quesada



Artículo publicado en el programa de festejos de la Feria y Fiestas en honor a San Roque y San Sebastián. Higuera de Calatrava, agosto de 2012

sábado, 25 de febrero de 2012

La desaparecida calle de San Sebastián.

Solo los mayores de nuestro pueblo recuerdan aquella calle. Se trata de la desaparecida calle de San Sebastián. Esta nacía del cruce entre la calle de la Torre con el callejón del Pilar  y continuaba en ascenso hasta el margen superior de la actual Plaza de Juan Carlos I, seguidamente llaneaba hasta los actuales grupos escolares.  Hasta la reconstrucción de Higuera en los primeros años 40 por parte de Regiones Devastadas fueron varios inmuebles los que ocupaban buena parte del ancho de la plaza dejando una callejuela en el tramo más alto. Sin ninguna duda conformaba una de las calles más estrechas de la trama urbana del pueblo y seguramente debió ser una calle lúgubre que dificultaba el tránsito de carruajes.

¿Pudo estar en alguno de estos inmuebles la desaparecida ermita de San Sebastián? Conocemos que frente a una de las casas - la que hace esquina con la calle del Horno, hoy Paz- y los actuales Grupos Escolares estaba el conocido como "Llanete de la Ermita"; y conocemos que la callejuela desaparecida que recorría estos inmuebles en su lateral tenía el nombre de "San Sebastián" pero yo al menos no tengo la confirmación de que alguno de estos inmuebles fuera el mismo que sirvió de ermita ya en el siglo XVI y más tarde escuela. (La existencia de esta ermita en este entorno fue ya revelada por Dolores Ortega a través del foro de la web no oficial de Higuera de Calatrava.) Sí conocemos que para 1890 las escuelas tanto de niños como de niñas estaban en la calle ya conocida como de la Huerta.

También se puede afirmar por otras descripciones, con bastante fiabilidad, que todo este conjunto no conformaba una sola propiedad allá por 1918. Dando con el llanete existente en lo que hoy es el Consultorio médico sabemos que había un "Despacho de carnes" que fue de don Diego Funes, junto a éste una propiedad más y finalmente en la esquina dando con el Llanete de la Ermita otra. Así lo describe el vecino Antonio Ocaña. en una noticia publicada por el diario EL SOL que se ilustró con un croquis de Higuera de Calatrava de gran detalle.

En el plano del callejero de Higuera de Calatrava realizado en 1890, obra del topógrafo Fidel González, aparece claramente representado este callejón y la morfología descrita de la plaza. Aquí añado un sencillo  montaje de cómo se representa esta callejuela en el plano histórico y cómo se amoldaría a la actual traza urbana de Higuera de Calatrava.


De la ermita de la que hablamos conocemos a través del diccionario de Pascual Madoz la siguiente descripción:

"[...]hay también una ermita de bastante capacidad bajo la advocación de San Sebastian y San Roque, que hoy sirve de escuela , y se halla en un estado deplorable, siendo de cuenta de un particular de Arjona el sostenerla."

Finalmente señalar que existe una foto que muestra sin gran precisión algunos de los restos de estas construcciones hoy desaparecidas. Se trata de una fotografía realizada por la Dirección de Regiones Devastadas al entonces Llanete de la ermita o de San Sebastián. La fotografía está realizada desde la calle Porcuna. A la derecha de la imagen se pueden ver algunas de las ruinas de estas viviendas a las que me he referido y que hacían que el el flanco izquierdo (subiendo) de la calle Paz llegase más arriba de la cochera que hoy sirve de esquina. Al parecer una de las bombas lanzadas contra Higuera durante la Guerra Civil  hizo explosión junto a estas casas provocando la ruina de buena parte de las viviendas de la entonces calle del Horno.



Fuentes:

Plano: Término municipal de Higuera de Calatrava. Plano de población. Provincia de Jaén. Región Jaén. Instituto Geográfico y Estadístico.
Diccionario geográfico -estadístico - histórico de España y sus posesiones en Ultramar. Tomo IX . Pgs 199-200. Pascual Madoz.
Fotografía: Fondo de la Dirección de  Regiones Devastadas. Archivo General de la Administración. Obtenida de la web de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía. 

sábado, 11 de febrero de 2012

Fachada de la iglesia en 1913

Planteo un recorrido fotográfico por Higuera de Calatrava con imágenes que nos muestren algo llamativo o desaparecido. Empiezo por lo que es junto con el torreón medieval el mayor orgullo que esconde la larga historia de Higuera de Calatrava, su iglesia.

Este primer documento es de 1913 y se corresponde con una imagen tomada del Catálogo Monumental de la Provincia de Jaén elaborado por Enrique Romero de Torres. La fotografía nos muestra una fachada más original del actual templo y en ella se puede contemplar aún muchas de las huellas de su proceso constructivo. Por un lado se percibe la hoy oculta portada del siglo XVII;  se trata de una portada adintelada sobre sencillas molduras y sin pilastras. Dentro del dintel parece percibirse algún símbolo. Sobre este dintel y en vertical se percibe una de las grietas que casi- o no tan casi- arruinó el templo apenas una década antes y por las que debió acometerse unas obras de recalce de una gran envergadura. Esta portada fue cubierta después de la guerra civil por la actual portada que sin gran mérito reproduce un modelo barroco.

Otro de los asuntos más llamativos de la fotografía  es la clara identificación de las distintas canterías utilizadas  en la fachada y que revela los distintos momentos constructivos de la misma. El extremo sureste se eleva con mampostería careada mientras que el lado noroeste utiliza una sillería de mucha más calidad.  No es en absoluto desventurado tomar conciencia sobre que el extremo SE se corresponde con una fachada más antigua que fue reutilizada en la ampliación de la primera iglesia medieval de una sola nave con la que contó Higuera hasta el siglo XV. Los planos que custodia el Archivo Diocesano del arquitecto Justino Flórez Llamas  identifican claramente una apertura en ese lado de la fachada con un arco de medio punto elevado sobre pilastras de sillares embebidas en el muro;  entrada hoy cegada y cuyos restos son prácticamente imposible de identificar a simple vista. Los referidos restos debieron de perderse durante las obras de  consolidación de la fachada ya que en la misma foto podemos identificar cómo a la derecha de la entrada aparece una sillería irregular cuyas llagas y oquedades están recientemente matadas en cal desvelando un tramo de fachada que acaba de ser reconstruido.

Finalmente cabe reseñar en la fotografía que las molduras del óculo que aún muestra la iglesia en 1913 son las originales que fueron sustituidas por la Dirección General de Regiones Devastadas durante las obras acometidas a principios de los años cuarenta. Para entonces ya mostraban grandes daños tanto en lo que se refiere en el contacto con la carpintería que le servía de cierre como en lo que respecta a la grieta central que cruzó la fachada.  Como se puede ver en la fotografía son más sencillas y tienen un barroquismo menos pronunciado que las que utilizó Regiones a la hora de reponerlas.




Parroquia de la Inmaculada Concepción de Higuera de Calatrava
Catálogo Monumental de la Provincia de Jaén
Enrique Romero de Torres, 1913

jueves, 9 de febrero de 2012

Higuera de Calatrava (1956-2011)

Higuera de Calatrava según la ortofotografía en España desde 1956-2011. España colecciona ya un buen número de "vuelos" que fotografían toda su geografía para su estudio y control.

El caso más singular y antiguo es el de 1956-57, conocido como el "Vuelo Americano". Fue este un proyecto ejecutado por los ejércitos español y estadounidense una vez España recupera sus relaciones internacionales con EEUU finalizado el aislamiento internacional al que la ONU sometió la dictadura de Franco. 

En la fotografía de 1956 se pueden observar muchos detalles como  por ejemplo las obras acometidas por Regiones Devastadas: cuartel de la Guardia Civil, ayuntamiento y barriada de las "Casas Nuevas". Estas obras se acometen con un diseño bastante racional aplicando nuevas tipologías urbanísticas que se ayudan de espacios libres en contraste con el plano ya construido e histórico. Además se pueden observar las numerosas "eras" que rodeaban el pueblo y la ausencia de olivares en un pueblo que apostaba aún ante todo por el cereal.